miércoles, 15 de junio de 2011

¿Haces lo que te gusta?

Con esta pregunta invito a la reflexión a cualquiera que se la plantee, o se la haya planteado alguna vez en su vida. ¿Haces lo que te gusta?. Puede parecer algo simple y fácil de saber, pero realmente si se ponen a pensar, la gran mayoría de personas, no hacen lo que realmente les gusta, este es el principal motivo de la infelicidad.

Es más complejo y profundo de lo que se imaginan. Pensemos en una situación que suponemos nos va a dar la felicidad, ya que vamos a tener todo lo que queramos, todo en cuanto hemos soñado. Nos toca de repente la lotería, ¿Qué es es lo que harian? La gran mayoría contestaría a esta pregunta diciendo: Pues comprando todo lo material con lo que siempre he soñado, viajando, satisfaciendo mis caprichos, ayudar a mis familiares y personas cercanas, ir de compras, grandes comilonas, y un largo etc… ¿Se mantendría nuestra felicidad así por mucho tiempo? no se engañen… esto no aseguraría nuestra felicidad, probablemente nada la asegure, pero esto desde luego que acabaría resultando un vacio existencial en nuestras vidas, seguramente siendo unos infelices, sin motivaciones, insatisfechos, con graves problemas,sin poder identificar a las personas que se acercan por interés.

En definitiva, comprenderíamos como el dinero realmente no da la felicidad. Es posible que nos permita experimentar la aparente felicidad, pero eso es un lapsus que se esfuma en una cortina de humo. Faltaría algo, que no podemos comprar, y que nos impide ser felices pese a “tenerlo todo” Ese algo es hacer lo que te gusta, dedicando tu vida a ello, esforzándote y superandote día tras día, ejerciendo y desarrollando las habilidades que posees, pero claro está, esto no es tan sencillo de conseguir, los hechos hablan por si solos.

La gran mayoría se dedica a algo que no le gusta, y pasa la mayor parte del tiempo de su vida realizándolo. ¿Y esto por qué? Por la estabilidad, la seguridad de tener un empleo estable, tranquilidad económica, y con ello el hecho de poder mantener a la familia. Estas personas, pese a tener todo eso, que son grandes metas en la vida, seguramente también noten que les falta algo… con ese algo ya saben a lo que me refiero.

Piensen en los que dedican su vida al laborioso empeño de ejercitar lo que les gusta, un instrumento, un deporte, etc.. algo de lo que requiere una constancia, concentración y es posible que absoluta pasión. ¿Piensan que podrían llegar a algo si no les gustara aquello que hacen?

En primer lugar, esa constancia acabaría por marchitarse, los resultados no serían los esperados, la ausencia de ganas y motivación no les dejaría desarrollar por completo los requisitos mínimos para ser un buen profesional, o más importante aún ¿acabarían siendo personas felices y satisfechas con lo que hacen?

Reflexionen sobre la relación, lo más sencillo para un profesional de élite que dedica su vida a la plena ejercitación de sus habilidades. Por más esfuerzo que le suponga, ¿no le resultaría más fácil emplear ese tiempo en estudiar una carrera que tuviera mucha demanda?

O ser un empresario de éxito, pues bien la respuesta está, en que hace aquello que le gusta, porque es lo que le da la máxima satisfacción, no importa el esfuerzo a realizar ni lo complicado que sea, ni los años que le lleve, importa que mientras lo hace, mientras lo desarrolla y lo ejercita, está siendo feliz, disfruta con ello, y siente en su vida aquello que les falta a la inmensa mayoría, aflorar la felicidad que uno lleva dentro haciendo lo que realmente le gusta hacer, dándole sentido a su vida. De esa manera podrían nacer los genios, los profesionales con vocación, en definitiva las personas felices. Aunque está claro que influyen muchos más factores en la felicidad, éste es primordial, ya que sabemos que es algo por lo que vamos a pasar el resto de nuestras vidas, es a lo que más tiempo le vamos a dedicar, es con lo que vamos a disfrutar, y lo que nos va a llevar a vivir una vida plena, siempre interactuando con otros factores.

Si sabemos que esto es realmente así, ¿por qué no es lo que hacemos, o que pretendemos y en lo que invertimos nuestro tiempo? Pues bien, sabrán que esto no es tan simple de conseguir, ya que las circunstancias de la vida nos someten desde la educación temprana a que hay que hacer lo que no nos gusta, y esto será recompensado, por lo que seguiremos haciendo lo que no nos gusta, para seguir con esa compensación, por lo que nos están reforzando el hecho de que se debe de hacer lo que no nos gusta. De esta manera llegamos a reprimir lo que nos gusta, lo escondemos, y nos llegamos a olvidar.

¿Por qué creen que a muchos nos cuesta luego en la edad adulta encontrar lo que nos gusta? En la juventud pensamos a qué dedicarnos, probar diferentes sectores, estudiar lo que nos han dicho que tiene más salidas laborales, para al final acabar trabajando en algo que nos pueda dar sustento, en un primer momento para cubrir nuestros gastos e ir adquiriendo una independencia económica. Una vez metidos de lleno en el círculo, nos acomodamos y acabamos por trasladarlo a nuestras vidas adultas, en las que buscamos una estabilidad, la seguridad de un buen empleo, el beneficio económico para poder salir adelante en el día a día, sin pensar si nos gusta o no lo que hacemos.

¿Qué importa? Tengo que mantener a mi familia y hay que salir adelante como sea. Pues bien, ahí radica el hecho de lo que falta en nuestras vidas, la sensación de infelicidad, lo que nos hace estar de mal humor con lo que hacemos, lo que no nos satisface y pagamos con los que están a nuestro alrededor mediante broncas y discusiones que sólo nos llevan a sentirnos peor con nosotros mismos. Así nace la falta de motivación intrínseca, desgana por lo que se hace, tirar hacia delante sin sentido, sin gozo y a seguir con lo que me permite vivir de una forma más segura. Esta es la manera en la que estamos educados para afrontar la vida.

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