Desafío total y la radiactividad

Han pasado 21 años del estreno de la película “desafío total”, protagonizada por Arnold Schwarzenegger y Sharon Stone, y se está preparando un remake de cara a 2012. En dicha película, ambientada en el año 2084, el protagonista viaja a Marte intentando aclarar una trama en la que está implicado, pero cuyos detalles desconoce, pues supuestamente le han borrado de la memoria recuerdos y reemplazado por otros.

En una escena de ese futuro que nos plantean, la acción transcurre en los pasillos del metro de una gran ciudad. Por motivos de seguridad, uno de los pasillos, de unos diez metros de longitud, resulta ser una cámara de observación de ¡rayos X! De esta manera, los vigilantes ven pasar los esqueletos de los usuarios y sus objetos metálicos. Así pueden detectar si alguien lleva algún tipo de arma, como es el caso en tal escena.

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Recientemente, tras los tristes sucesos de Japón, hemos sido informados del peligro de la radiactividad. Hemos leído y escuchado términos como bequerelios, rems, rads o sieverts, haciendo referencia al poder pernicioso de dicho fenómeno de la naturaleza. Quisiera analizar la escena antes mencionada, y para ello me centraré en una de estas unidades de medida. El milisievert mide la dosis de radiación absorbida por la materia viva. Tiene en cuenta, no sólo la cantidad de energía absorbida, sino también el efecto sobre los seres vivos. En la naturaleza encontramos radiactividad natural.

Por una parte, los isótopos de algunos elementos de la naturaleza, son radiactivos (uranio, carbono-14, radón, radio-226, polonio-210, …), por otra parte, del espacio nos llega una pequeña cantidad de radiación cósmica, por lo que los seres vivos reciben cierta dosis, independientemente de la actividad humana. Esta dosis dependerá de la composición del suelo y de la altitud en que vivamos, pero es perfectamente asumible sin daños para la salud.

La radiactividad que, de forma natural, recibe una persona en el Vallés a lo largo de un año, es de unos 2 milisieverts. La dosis de radiactividad que supone una radiografía depende de la zona del cuerpo que se quiere estudiar.

En la escena de “Desafío total” se ven claramente los huesos de todo el cuerpo de los viajeros. Incluso suponiendo que se tratase de rayos X pulsados, esto supondría una dosis aplicada de unos 0′5 milisieverts durante un tiempo de exposición menor a medio segundo. Si bien esto supera la dosis anual de radiactividad natural no se trata de una dosis que tenga consecuencias nocivas para la salud del paciente.

Pero, si suponemos un trabajador de la película, que utilice el metro dos veces al día, y asumimos que camina con rapidez y recorre los 10 metros en 10 segundos, estará expuesto a más de 40 radiografías al día, unos 20 milisieverts cada día. Si dicha persona vuelve a comer a casa y hace 4 viajes diarios, la dosis se eleva a 40 milisieverts al día, más de 80 radiografías al día. Esto supone entre 10 y 20 veces más de lo habitual para un año entero, en un solo día.

El simple hecho de ir al trabajo o a la escuela supondría recibir una dosis 2000 y 4000 veces superior a lo habitual. Una dosis aislada. inferior a 250 milisieverts en un solo día, no suele tener consecuencias, por lo que, quizás, la primera semana de trabajo, la persona en cuestión no notaría ningún síntoma por viajar en metro, pero probablemente, a finales del primer mes empezaría a tener nauseas y pérdida de apetito. Estos síntomas irían en aumento, aumentaría considerablemente la probabilidad de contraer algún tipo de cáncer. Incluso se le podría dañar el bazo o la médula ósea y, algunos viajeros, no tardarían en tener que ser hospitalizados.

El límite a que pueden estar expuestos los trabajadores de una central nuclear es de 20 milisieverts al año. El límite para los técnicos que trabajaron en la refrigeración y control de la central de Fukushima, durante las primeras semanas, fue elevado a 250 milisieverts al año. Según “desafío total”, en dos semanas se habrían excedido tales límites, ya de por sí elevados.

Es de esperar que las medidas de seguridad en los medios de transporte, que tanto han aumentado en la última década, no lleguen a los extremos de “desafío total”. Ahora sólo nos queda por esperar a la nueva versión y ver si habrán tenido en cuenta los efectos nocivos de las radiaciones ioneizantes sobre los seres humanos.